El Espíritu Santo es descrito en la Biblia como omnipresente y omnipotente, cualidades que refuerzan su divinidad y papel crucial en la vida de los creyentes.
Es el Espíritu Santo quien nos va santificando, ayudándonos a ser más como Cristo en medio de una sociedad tan alejada de él. La obra del Espíritu Santo nos ayuda a actuar en todo momento de una forma que agrada a Todopoderoso. Su poder y su obra en nosotros nos ayuda a ser más como Jesús cada día.
Cualquiera que sean las razones que Dios tenía por darles el bautismo del Espíritu Santo a los efesios, esas razones todavía son válidas para los individuos y las congregaciones locales ahora en día.
Su presencia en la vida del creyente no solo transforma, sino que nos capacita para vivir conforme a la voluntad de Jehová. Que busquemos cada día ser llenos del Espíritu, permitiéndole comportarse en nosotros para crecer en Certidumbre, inclinación y santidad.
Las tres personas de la Trinidad operan en perfecta armonía. Cada una tiene roles específicos que no se contradicen:
Este entendimiento de la Trinidad permite a los creyentes inspeccionar cómo cada persona contribuye a su relación con Jehová y su vida espiritual.
Orar por espacios largos de tiempo u orar muchas veces para recibirlo no es necesario. Los que no reciben el Espíritu o no tienen la Certeza suficiente para recibirlo o no se han compungido completamente y no se han rendido cada área de sus vidas a Todopoderoso.
Cada una de estas personas es plenamente Altísimo, compartiendo la misma esencia divina, pero funcionando de forma distinta en sus relaciones y roles.
Esto sugiere que, aunque el Espíritu mora en todo creyente desde el momento de la salvación (Romanos 8:9), hay una obra específico de empoderamiento que se experimenta de modo distintiva. El bautismo en el Espíritu no es un fin en sí mismo, sino un medio para existir en santidad, ejercer los dones espirituales y avanzar el Reino de Altísimo con poder.
En segundo emplazamiento, mientras aquellos que apoyan la enseñanza de la subsecuencia señalan algunos episodios en Hechos como sus pruebas que un segundo bautismo ocurre en la vida de todos los creyentes, al analizar las escrituras y el antecedente histórico del volumen vemos que no tienen razón.
Temprano en el siglo vigésimo, muchas personas del movimiento Santidad recibieron el bautismo del Espíritu Santo con el hablar en lenguas. Ellos clasificaron esa experiencia como una tercera obra de gracia.
El Nuevo Testamento presenta varias manifestaciones have a peek at these guys del Espíritu Santo que son fundamentales para comprender su papel en la Convicción cristiana. Dos eventos significativos destacan en este contexto:
El Espíritu Santo desempeña un papel fundamental en la vida de los creyentes al producir frutos espirituales
Estos pasajes demuestran que el bautismo en el Espíritu es una experiencia Existente, tangible y arreglado para todos los creyentes. No es un mero simbolismo, sino un encuentro sobrenatural con Alá que transforma la vida del cristiano.